En 1857 el pedagogo francés Allan Kardec editó El libro de los espíritus, volumen fundacional del espiritismo moderno. Según Kardec y sus miles de seguidores, tras la muerte nuestra alma sobrevive al cuerpo y asciende a un nivel superior de existencia. Aunque por lo general los espíritus permanecen ocultos a los vivos, estos pueden entrar en contacto con nuestro mundo de distintas maneras.
El espiritismo fue enormemente popular en la segunda mitad del siglo XIX, y no sólo entre las clases populares, en un principio más proclives a creer historias de fantasmas, sino también entre la alta sociedad, que asistía embelesada a las sesiones con médiums. A principios del siglo XX, y después de que se destaparan varios casos de fraude como el de las hermanas Fox (consideradas las fundadoras del espiritismo en Estados Unidos), la creencia en fantasmas entró en declive. Pero, por extraño que pueda parecer, hoy en día gran parte de la población sigue creyendo que los fantasmas son reales.
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